Nos encontramos en la era de la economía de los intangibles, donde el riesgo reputacional es identificado como uno de los de mayor preocupación para las empresas.

En el gráfico que se muestra a continuación, se puede apreciar el reequilibrio del peso de los bienes intangibles respecto de los tangibles.

El riesgo reputacional es procedente de una acción, evento o circunstancia que puede afectar a la reputación corporativa directa o indirectamente, por ello, una buena gestión de los riesgos reputacionales implica, por un lado poder identificar los riesgos que puedan afectar a nuestra empresa y, por otro lado, poder gestionar las posibles amenazas para la reputación de nuestra marca.

En definitiva, la reputación está basada en la confianza, por lo que el menoscabo de la misma implica consecuencias tales como la pérdida de ingresos y el valor de marca. Son muchos los ejemplos de empresas que han sufrido esta crisis reputacional menoscabando su imagen, adviértase a modo de ejemplo empresas como Nike, Volkswagen, Samsung, entre otras. No obstante, una buena gestión del riesgo reputacional (como en las empresas citadas) puede ayudar a preservar la imagen de la compañía.

Diana Bernabé Coello
Abogada
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